Vamos a ver cómo es el reino del revés

“Me dijeron que en el reino del revés, nada el gato y vuela el pez, que los gatos no hacen miau, y dicen yes, porque estudian mucho inglés…”

México es el reino del revés. Aquí suceden las cosas más inverosímiles, como en una caricatura, donde los personajes son puros locos que hacen todo, literalmente, al revés.

Hace unos días vimos nacer la figura de “el justiciero de La Marquesa”, un personaje que, según cuenta la leyenda, alcanzó a cuatro asaltantes que bajaban de un autobús, luego de robar sus pertenencias a los pasajeros, y les dio muerte uno por uno, para después desaparecer en la penumbra de los bosques del Estado de México.

Día a día, en esa zona suceden decenas de robos, siendo las principales víctimas personas que viajan en el transporte público, quienes van a la escuela o al trabajo y no tienen otro modo de llegar. Cada día miles se suben, con la incertidumbre de si serán víctimas de lo ajeno y perderán lo poco que tienen, gracias a que soportan largos recorridos por unos cuantos pesos.

No es nuevo, ya hace varios años que bandas de criminales han encontrado su mina de oro en las carreteras del Edomex, ante lo cual las autoridades responden que no hay pistas, no hay pruebas, y nada pueden hacer contra los amantes de lo ajeno.

Irónicamente, igual que en el mundo del revés, las autoridades del Edomex ahora sí se pusieron a trabajar, luego de que su entidad es una de las más peligrosas del país.

No persiguen ladrones, asaltantes, asesinos, feminicidas, secuestradores, narcotráficantes, plagiarios de menores o tratantes de blancas, pero sí persiguen ciudadanos que hacen justicia y se defienden de los malos; a esos hay que refundirlos en la cárcel, porque en este país nadie puede hacerse su propia ley, la ley aquí sólo es una y es la de los malos.

Irrita que, ante tanto crimen imparable, ahora sí autoridades del Edomex dijeron que van a encontrar al justiciero y lo van a refundir 240 años en la cárcel. Irrita más que, a más de dos mil mujeres desaparecidas, nadie las busque, que a las más de mil muertas nadie las vengue, y que los criminales no figuren en las investigaciones.

Más todavía irrita que la ley sea para los malos, y para los buenos lo peor, a ellos nadie les hace justicia. Ni modo, si te agarran hay que subir las manos y soltar todo lo que tienes, eso si quieres seguir viviendo, si no, puedes negarte y convertirte en estadística.

Esto de la justicia por propia mano se está tornando cotidiano; en 2015 figuraron en los periódicos más de 60 linchamientos en el Edomex, todos ejecutados por ciudadanos que se cansaron de denunciar, de pedir apoyo, y de ver cómo los criminales ejercían su poder sin que nadie les pusiera un alto.

También hace poco fue noticia el caso de tres mujeres en el estado de Aguascalientes, quienes, al verse sorprendidas en su casa por un delincuente, lo asesinaron a sartenazos.

En este caso, como en el mundo del revés, salió la familia del finado para defenderlo, diciendo que sólo robaba para drogarse, pero que no era una mala persona y esas desgraciadas mujeres no tenían por qué matarlo. Por cierto, el susodicho tenía una semana de haber dejado la prisión, donde estuvo preso por el mismo delito.

En Chihuahua, un menor de 13 años podría pasar 20 años en prisión, por asesinar a un hombre que intentó violar a su mamá.

Recuerda lo anterior, casos donde jóvenes se ven involucrados en delitos como delincuencia organizada, e incluso se convierten en sicarios, y sin embargo, los liberan argumentando que son menores de edad; en esta ocasión la justicia decidió que el menor fue un criminal al defender a su madre, de un inocente violador, y por eso lo juzgará como adulto.

En 2014, Yakiri Rubio, de 20 años de edad pasó más de tres meses en prisión, luego de asesinar al hombre que la secuestró y la violó en la Ciudad de México. Igual que en el mundo del revés, aquí los patos le tiran a las escopetas, los buenos no existen, los malos son las víctimas que hay que defender, y los peores, esos, son los únicos que tienen derechos humanos.

Tiene cierta gracia que los mexicanos se estén desgarrando las vestiduras, porque Donald Trump llegó a la Presidencia de Estados Unidos, para imponer la política del racismo, la misoginia y la intolerancia, sin darse cuenta que su propio territorio es cloaca de las ratas más grandes, plato de picadillo, donde la carne son los ciudadanos cocinados a fuego lento… muy lento.

 @LosIrritantes

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