Es raro conocer a una persona que no haya comprado alguna vez un café en Starbucks, una hamburguesa en McDonalds o algunas cosas para su hogar en Wal-Mart, por ejemplo; pero ¿saben qué es más raro? Que son los mismos que muchas veces se quejan de situaciones político- sociales, que recaen en el asunto del consumismo.

Y es que, siendo sinceros, ¿ustedes qué prefieren, cuando andan de antojo, unas papas Sabritas o unas papas fritas del puesto de la esquina? O por las mañanas, ¿un café de Starbucks (y si es inicio de quincena, tal vez algo más que lo acompañe), o un atole o café, con su tamalero de confianza? (igual y hasta guajolota, porque, para lo que cuesta el café en el otro, sí les alcanza).

Muchas de las personas que compran en ese tipo de establecimientos, consideran que hacerlo les otorga una especie de estatus social, como si fueran mejor que los demás, por pagar una cantidad de dinero más elevada, por un producto que, muchas veces no es de mejor calidad, que uno que “no es de marca”.

Ahora, con lo que sucede con el actual presidente de Estados Unidos, comenzó una ola, en redes sociales, por impulsar lo “Hecho en México”, cosa que si realmente se hace, sí podría generar un cambio, y es el tipo de protesta que casi nadie espera.

Irrita que en seguida empiecen a mofarse de algo así, irrita que haya personas comentando “los que dicen #AdiósStarbucks, han de creer que WhatsApp se inventó en Oaxaca”, irrita que no puedan pensar más allá, sin dejar de generalizar, y entender la situación y lo que intenta hacerse con esto.

Y tú, ¿comenzarás a consumir local o también vas a burlarte, y no hacer nada al respecto?

@LosIrritantes