Seguramente cuando vieron el tráiler de la película “La razón de estar contigo” (A Dog’s Purpose), se les quebró la voz y deseaban ya verla, pero una vez que se difundió un vídeo, donde uno de los perros de la cinta estaba siendo maltratado, tuvieron la reacción contraria (aunque tal vez también se les quebró la voz, por diferente causa). Incluso PETA quería realizar un boicot, para que ésta no se estrenara.
Aquí el vídeo, por si alguno de ustedes no lo vio:
En fin, nunca se habían preguntado: ¿cómo es que pueden hacer todas esas películas que involucran animales? Es decir, sabemos bien que la mayoría son domesticados y pueden enseñarles a hacer ciertos trucos, pero si hacer una película para una persona es bastante pesado (cansancio, estrés, etcétera), imagínense para un animal.
Por ello también sabemos que el maltrato animal ha sido parte de muchos filmes, en la historia del cine (y a decir verdad es bastante obvio), un claro ejemplo es la cinta “The Charge of the Light Brigade” (1936), donde varios caballos tuvieron que ser sacrificados.
Otra en la lista es la afamada “Life of Pi” (2012), que, si bien no todas las escenas son 100% reales, hubo una grabada en un tanque de agua, donde el tigre casi pierde la vida. “Maderlay” (2005) de Lars von Trier, donde se mostraba la muerte de un burro, misma que fue censurada posteriormente. Y otros accidentes que han sucedido, porque “los animales se atravesaron”.
Irrita que las producciones se sientan con el derecho de decidir la muerte de un animal, por su beneficio y el de su película, irrita que no sean capaces de organizar bien lo necesario, para evitar que un animal sufra maltrato, y en el peor de los casos muera.
Ahora, no cabe duda que pensarán más a fondo cuando vean una película que involucre animales, o estos sean sus protagonistas.