Bien sabemos que nosotros mismos estamos terminando con nuestro planeta, que si no tiramos basura, talamos árboles, que si no contaminamos las aguas (océanos, ríos, lagos, etcétera) ¡extinguimos especies!
Así es, lamentablemente una especie más está al borde de la extinción, gracias al ser humano y a su increíble capacidad de querer explotar, todo lo que podría darle una ganancia económica.
La vaquita marina, un cetáceo odontoveto, cuyo hábitat comprende el Golfo de California (en México), es la que sale perdiendo en este cuento, solo quedan aproximadamente 30 ejemplares (en 2015 eran 97), ¿pero por qué, cómo pudo pasar esto?
Gracias a la pesca ilegal de la totoaba, conocida también como corvina blanca, una especie que habita en el mismo lugar que la vaquita, pero cuya vejiga es muy popular entre los chinos y eso equivale a grandes sumas de dinero; entonces, al pescar desmesuradamente totoabas, se llevan entre las redes a muchas vaquitas.
Irrita que sea más su ambición que la protección ambiental, irrita que no piensen en el futuro del ecosistema que les rodea, irrita que solo piense en cómo sacar provecho del planeta, pero no hagan algo por cuidarlo.
Para esto, el país vecino sí está dispuesto en colaborar con México para ayudar; pero hace falta que nosotros mismos (los pescadores sobre todo), tomemos la decisión de salvarla. ¡No queremos darle un adiós definitivo a la vaquita marina!