En la vida hemos leído sobre muchos casos de trata de personas en los periódicos, visto en los noticieros, incluso hasta en películas, y no porque nunca nos haya pasado o a alguien cercano a nosotros, quiere decir que estamos exentos de ser víctimas de este delito.
La trata de personas es un delito a nivel nacional e internacional, que consiste en privar de su libertad a una persona, a través de engaños o abusos, con fines de explotación laboral, sexual y hasta para quitarles órganos.
Esta práctica es clandestina y no es posible tener cifras exactas de las personas que son víctimas de este crimen, para verse forzadas a realizar actividades en contra de su voluntad y de su persona.
Pero muchas veces, también, hay gente que sospecha o descubre este tipo de actividades y lejos de denunciar, se hacen de la “vista gorda”, convirtiéndose en cómplices de este delito.
Irrita que la desinformación, muchas veces es donde se origina el tráfico de personas, irrita que algunas personas saben lo que está sucediendo y no hacen nada por terminarlo, irrita que, ni entre la misma sociedad se puedan brindar apoyo, para tratar de prevenir esta forma de explotación. Irrita que la misma sociedad contribuya, “comprando” a las personas.
¿Será muy difícil alzar la voz cuando vemos que algo está mal?, ¿por qué cuesta tanto trabajo detener a alguien que está abusando de otras personas, sin temor?, ¿por qué no simplemente unirnos contra los delincuentes?, ¿por qué siempre decimos que la policía no hace nada, pero al mismo tiempo esperamos que hagan todo?