La calidad de vida en México ha venido a menos. Aspectos económicos, políticos, de salud y seguridad, hacen un caldo de cultivo a la baja, en la manera que viven los mexicanos.
En el Índice para una Vida Mejor, publicado por la Organización para el Cooperación y el Desarrollo, Económicos (OCDE) en el 2016, México ocupa el penúltimo lugar, en calidad de vida.
El estudio tomó en cuenta aspectos como seguridad, salud, empleo y educación, para determinar la calidad de vida de los ciudadanos.
El alza en el precio de las gasolinas a inicios de 2017 ocasionó una de las inflaciones más altas de los últimos cinco años, aumentando precios y reduciendo el poder adquisitivo de la población.
El problema del narcotráfico, desatado desde hace once años por Felipe Calderón, aún tiene secuestrada a la mayor parte del país, elevando los índices de violencia y reduciendo el crecimiento económico.
Los únicos rubros en los que salió aprobado México fueron salud y compromiso cívico, aunque con una calificación de 6.6 y 6.1, respectivamente.
Sobra decir que, en los primeros cinco puestos, se encuentran Noruega, Australia, Dinamarca, Suiza y Canadá, sitios con una endeble corrupción.
Que el Sistema Nacional Anticorrupción todavía no tenga fiscal, y el único que suena es el actual titular de la PGR, Raúl Cervantes, conocido ser el abogado de Peña Nieto, explica en gran medida el bache del país.
Dentro de los puntos flojos que reducen la calidad de vida en el país, de acuerdo con el estudio de la OCDE, se encuentra la educación.
En México sólo el 34 por ciento de los adultos han terminado la educación media superior, el promedio de los países miembros de la OCDE es más del doble: 76 por ciento.
La aparición del narcotráfico, no sólo como una amenaza para la seguridad pública, sino como una opción viable de carrera para la juventud, explica la cifra.
Aun cuando la cobertura educativa se extienda, muchos egresados quedarán sin empleo. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), lanzó en 2015 que el 40 por ciento de los egresados de universidades están en el desempleo.
Todos los factores han generado un círculo vicioso, donde las alternativas se reducen. Quizá el primer gran paso que podría hacer la población es lo sugerido por Guillermo Fadanelli: “nada, sólo respirar y asumir el papel que le ha tocado desempeñar”.