Los niños migrantes

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la migración se volvió uno de los temas más importantes entre la agenda bilateral de México y el país del norte.

Sin embargo, este tema sólo se ha enfocado en los migrantes mexicanos que van a Estados Unidos y no los que vienen de Centroamérica a México.

Éste es un hueco que merece ser atendido, pues la cantidad de personas que llegan a México sigue en aumento, añadiendo a la alarma, que gran parte de los migrantes son menores de edad.

En los últimos cuatro años, la cantidad de migrantes menores de edad, que arribaron por el sureste de México, aumentó 333 por ciento, de los cuales, menos del 10 por ciento consiguió asilo.

Estas personas se vuelven un caldo de cultivo perfecto para el crimen organizado. De acuerdo con el Reporte de Tráfico de Personas 2016, realizado por el Gobierno de Estados Unidos, la delincuencia organizada obliga a los migrantes a participar en el negocio del narcotráfico.

Esta vulnerabilidad no ha sido atendida por el Gobierno Federal, quien en el mismo periodo de tiempo, rechazó la petición de asilo de 94 mil 105 menores indocumentados, esto según cifras del Instituto Nacional de Migración.

El 66 por ciento de las solicitudes de asilo, son rechazadas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, un organismo que depende de la Secretaría de Gobernación; el  trámite tiene un costo aproximado de cinco mil pesos y al año, sólo mil reciben luz verde.

El problema de los niños migrantes está ubicado principalmente en tres países: Honduras, Guatemala y El Salvador, de ahí provienen el 97 por ciento del flujo de personas, países con condiciones aún peores que las de México.

Estas personas no sólo son víctimas del crimen organizado, sino también del propio Gobierno Federal, a través de las Fuerzas Armadas de México quienes carecen de un protocolo al momento de detener migrantes.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, denunció en marzo de 2017, que la política migratoria de México sólo se basa en la detención  y deportación, denunciando el abuso de autoridad.

Donald Trump recién presentó una iniciativa para aceptar migrantes con un perfil académico y laboral decoroso, que le aporte a la economía de Estados Unidos, enterrando el factor familiar.

México no cuenta ni con eso y, ante la crisis institucional que viven los países vecinos de Centroamérica, la llegada de migrantes menores de edad, lejos está de desaparecer.

@LosIrritantes

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