La trata de personas es un delito muy grave y presente en México y en distintas partes del mundo, no se trata solo de aquello que vemos en las películas, es algo que tiene un gran impacto en la sociedad, en diferentes aspectos, y que no solo afecta a la persona que ha vivido (o vivió) esa experiencia.
Una persona que ha sido privada de su libertad, y encima ha sido obligada a realizar actividades en contra de su voluntad, a cambio de satisfacer necesidades económicas de alguien más y hasta sexuales, de un tercero en cuestión, podría no ser capaz de vivir una vida digna, después de pasar por una experiencia así o peor aún, ni siquiera sobrevivir a ella.
El impacto que la trata de personas tiene socialmente, también se hace presente al victimizar a los grupos vulnerables, principalmente, induce al abuso contra quienes presentan debilidades y deficiencias, incluso es una consecuencia de la discriminación de género, edad, raza y otros aspectos, una actividad en la que, terminan sometiendo a otra persona y violentando sus derechos humanos.
Pero a todo ello, ¿sabían que esta actividad es la tercera fuente de ingresos de la delincuencia organizada en México? La manera en que se ejecuta, precisa de la colaboración de diversos actores del Estado, por lo que hay instituciones que buscan combatir este tipo de delitos y prevenirlos también.
Uno de los aspectos que mayor relación tiene con la trata de personas, es la corrupción, ¿qué sorpresa, no? Y al final termina convirtiéndose en una cadena en la que, infinidad de personas de peso y hasta instituciones, se ven involucradas.
Tan solo en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 21 de las 32 entidades existe turismo sexual, y cada año niños y niñas son explotados sexualmente, además de ser utilizados en actos de pornografía, ¿no es irritante?
Irrita que a pesar de la información y estadísticas que se tienen del tema, los números no vayan en descenso, sino al contrario; irrita que el mismo gobierno muchas veces esté coludido con el crimen organizado para este tipo de actos; irrita que gente inocente deba pagar las consecuencias de un mal gobierno, que no es capaz de proteger a su pueblo, que no es capaz de garantizar la seguridad necesaria para vivir de manera digna y sin miedo.