¿Recuerdan cuando el índice de obesidad en México, no era el más alto del mundo? ¿O cuando los hábitos alimenticios que teníamos no eran del todo malos, o aquello que consumíamos nos estaba matando lentamente? Ojalá que al menos hayan respondido que sí y estén conscientes de la situación crítica por la que estamos pasando los mexicanos.
Pero es complicado comer saludablemente con el sueldo promedio de un mexicano, podrán decir algunas personas; solo que no se ponen a pensar lo que gastan en productos, de marcas con las que a final de cuentas, con cada cosa comprada solo vamos firmando nuestra sentencia de muerte, y no únicamente eso, sino que nos estamos acercando más y más a ella.
Y es que sí, no lo negaremos, la mayoría de estos productos son ricos, pero: ¿le ponen atención a la información nutricional o a la cantidad de azúcar que contiene cada uno, y que afecta de sobremanera a nuestro organismo, provocándonos, desde sobrepeso hasta enfermedades más graves, como obesidad, diabetes e hipertensión?
Lo peor de todo es que nos quieren hacer creerlo que podemos consumir, y está bien cuando el producto en cuestión es “light”, que no tiene grasa o está libre de azúcares, siendo todo lo contrario; pero lo más malo es que mucha gente deja de tener un control del consumo, respecto a estos alimentos, por considerar que no son dañinos para la salud, y terminan de manera muy grave, cuando ya no hay más remedio, porque ni una alimentación balanceada y realizar ejercicio, les puede ayudar ya.
Irrita que este tipo de marcas se aprovechen de la debilidad de la gente por la comida, y no adviertan sobre lo peligroso del consumo de sus productos; irrita que a pesar del daño que causan, sean productos que se encuentran en cada esquina, en lugar de algo más saludable; irrita que no solo afecten nuestra salud sino nuestro bolsillo, porque en muchos casos el consumo de estos se convierte en una adicción.