Es preocupante la atmósfera que se tiene en México, la violencia, los secuestros, los robos, etcétera. Estas condiciones causan que cada vez menos personas quieran ser policías, esto aunado al bajo salario y a la percepción de la ciudadanía, hacen que exista una disminución de dicha fuerza.
Muchos miembros, por miedo, renuncian a la policía y otros cambian de bando, la renuncia o salida voluntaria o baja de los agentes, afecta de igual forma a todo tipo de policía.
El denominador común es el déficit de personal, las causas son múltiples. Vestir un uniforme, portar un arma o simplemente tener que estar de noche en las calles de ciertos estados del país, suponen una alta exposición.
El peligro de transformarse en un blanco de la violencia se acrecienta, si se forma parte de las fuerzas de seguridad.
De igual forma las condiciones que el gobierno ofrece a los jóvenes, para montar sus agentes, no son muy buenas.
Mucho se ha dicho de las condiciones precarias en que viven los elementos activos de la policía de todo el país, así como las prestaciones a que tienen derecho, ya que resultan desventajosas.
Las patrullas en que se movilizan, presentan fallas por el excesivo uso y el tiempo de vida útil lo rebasan en meses o pocos años.
Las armas que se portan y el conteo exagerado que les hacen de los cartuchos, mismos que les piden que no tiren para defenderse, es otro de los aspectos penosos en que se desenvuelven los uniformados.
Las familias de los policías no tienen mucho futuro y, tanto las esposas o esposos, como hijos e hijas, se pasan todos los días con el temor de que les pase algo. Hay decepción entre los que podrían aspirar a incursionar a esta área. Antes los hijos de los uniformados heredaban la placa, hoy ya casi nadie quiere adquirirla, gracias a la recomendación de sus padres ya que ellos saben a lo que se exponen y no desean eso para sus hijos.
Conocen de la ausencia de respaldo, porque es muy frecuente, que sus jefes les nieguen auxilio cuando en verdad lo necesitan, y como en la mayoría de las instituciones públicas, por no decir que todas, los policías que más se esfuerzan o más trabajan, son los que menos progresan.
Y no es que no existan valientes, sí los hay, pero les ofrecen prestaciones que no son precisamente para este tipo de personas.