A los mexicanos no les gusta ver triunfar a otros mexicanos. Generalmente, si se trata de extranjeros, todos aplauden, pero si se trata de un connacional que triunfó, entonces nunca falta quién critique o menosprecie.

Yalitza Aparicio es una indígena oaxaqueña, educadora de profesión, que por cosas del destino protagonizó una película, y ahora está nominada a los Premios Óscar. Y sí, como era de esperarse, en lugar de que los mexicanos la aplaudan han sido los primeros en criticarla, decir que es una oportunista, que no tiene experiencia y que no se merece estar en ese sitio, solamente porque sus rasgos no son los que acostumbra el cine comercial.

Cuenta la leyenda que la manera en que tratamos a los demás habla directamente de cómo nos sentimos, respecto a nosotros mismos. Y sí, los mexicanos se sienten menos frente a los extranjeros, se avergüenzan de ser morenos, de hablar español y hasta de conocer su propia historia.

Los mexicanos, en su gran mayoría, envidian a Yalitza porque logró lo que casi nadie, puso el nombre del país en alto y no se avergonzó de ser quien es, a pesar de salir en revistas de moda y portar vestidos de diseñador.

¿Cuándo será el día en que dejemos de actuar como cangrejos y jalarnos unos a otros hacia abajo?

Puede ser que sea sólo un éxito pasajero y quizá no vuelva a hacer ninguna película, pero eso no quitará nunca, el hecho de que ya logró algo que otros mexicanos ni siquiera sueñan y además rompió los esquemas del conformismo y la mediocridad, que nos tienen hundidos en la pobreza.

Ojalá hubiera muchas más mujeres mexicanas como Yalitza, que salieran al mundo a triunfar, sin miedo a las críticas y sin temor a dejar las estructuras que las condenan.

@LosIrritantes