¿El fútbol te convierte en cavernícola?

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Los cavernícolas, que vivieron en una era primitiva de la humanidad, eran sujetos que andaban con palos al hombro, tan sólo vestidos con algunas pieles y siempre al acecho de algún animal que pudieran cazar para poder comer. En ese entonces su conciencia tan sólo daba para eso, alimentarse y reproducirse porque en el fondo buscaban la supervivencia de su especie, un objetivo para el que casi no tenían tiempo antes de ser devorados por los leones.

Hoy día, muchos millones de años después y tras la supuesta evolución del hombre hasta la posmodernidad, hay un sector de la población que parece haber ido en retroceso sobre su propia conciencia; ahora ya no corren atrás de un animal ni necesitan cazar para comer, aunque sí corren atrás de un balón y se vuelven locos cuando otros lo hacen, casi como una especie de ritual donde lo que cuenta es gritar muy fuerte, escupir, maldecir y apestar a algo muerto.

Las estadísticas afirman que al menos 60 millones de mexicanos, la mitad de la población del país, son aficionados al fútbol y hacen cosas como asistir a partidos, comprar artículos temáticos y contratar canales de cable especializados en el tema.

En México el fútbol es un asunto casi religioso, pero que ha llegado al grado de promover actitudes nada saludables para la conciencia colectiva. Mientras el tránsito se detiene cada vez que hay un partido y casi se suspenden todas las actividades productivas por la misma razón, la policía se mantiene alerta para esperar los destrozos de los aficionados: peleas masivas, borrachos en la calle, destrucción del mobiliario urbano, asaltos y hasta sujetos orinando las banquetas.

El fútbol debería ser sólo un deporte como los demás, pero en México donde las personas se dan permiso de convertirse en cavernícolas de vez en cuando, suele ser un pretexto aceptado socialmente para perder el control, destruir, ofender y dañar a terceros.

Deportivo Petare Vs Deportivo Tachira

Y sí, para nadie es un secreto que la conciencia colectiva de los mexicanos está enterrada bajo tierra, pues responde a estímulos tan primitivos como el correr de un balón, la imagen religiosa de una mujer que se dice “madre” de todos y una caja idiota que muestra contenidos pensados para el retraso mental.

¿No es una ironía que mientras el 72% de los mexicanos son obesos, al menos 50% son aficionados al fútbol? Es decir que la mayoría ni siquiera juegan o lo entienden, únicamente responden al clamor de la afición por embriagarse y encontrar un distractor, un pretexto para convertirse en auténticos cavernícolas y romper las reglas.

Hay tantas cosas importantes de las que ocuparse en México, pero el fútbol es tema protagonista en escuelas, hogares y programas de televisión. Y así es como este sigue siendo un país de tercera y lleno de cavernícolas feos en tanga.

@LosIrritantes

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