
En México solemos creer que hacer negocio, como tal, es verle la cara a alguien más, hacer dinero a costa de otros y llenarse los bolsillos con dinero ajeno. Sin embargo, la realidad es que vivimos en un país que está plagado de mentirosos, gente que quiere tener fortuna sin trabajar y siempre busca la manera de engañar a los demás, incluso a quienes depositan toda su confianza en ellos.
En 2017 un escándalo empañó a Banorte IXE en Monterrey, Nuevo León. Ese año Orlando Salinas, ejecutivo de cuenta, defraudó a varios clientes de una sucursal y robó más de mil 600 millones de pesos.
Se dice que Salinas ganó la confianza de los clientes durante años y de esa manera tuvo acceso a sus documentos, cuentas y al dinero que manejaban, por lo que de un momento a otro se le hizo fácil irse a su casa con varios fajos de billetes en el bolsillo.
El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) constantemente presenta casos de empleados que se aprovechan de la necesidad de las personas, engañándolas con créditos falsos, cobrando los trámites y hasta despojándolos de sus casas para revenderlas. Recientemente estados como Coahuila, Nayarit y Yucatán se han visto involucrados en casos de este tipo, principalmente porque los empleados suelen ver oportunidad para hacer su propio negocio y no hay autoridad que les ponga un alto.
En 2008 el estado de Puebla, uno de los principales productores nacionales de leche, también estuvo en la mira de las autoridades luego de que Teodoro Espejo Barradas cometiera fraudes hacia Maulec S.A. de C.V. por más de 8 millones de pesos.
Él desvió producto hacia una empresa que estaba a su nombre y desapareció dinero de Maulec, acciones por las que estuvo en investigación y pasó algún tiempo en prisión.
Hoy día Espejo Barradas dirige Mexicana de Industrias y Marcas (MIYM) que produce, procesa y envasa leche para todo el país y parte de Centroamérica, pero que en el pasado fue la misma a la que este sujeto introdujo producto de manera fraudulenta.
En resumen, lo más irritante es que los mexicanos no estamos acostumbrados a trabajar para ganarnos el pan, lo que nos gusta es engañar al que se deje con tal de sacar ventaja y la prueba está en la enorme cantidad de fraudes a empresas que pululan por todos lados. Y sin confianza, sin empleados honestos, ¿cómo va a crecer la industria nacional?
@LosIrritantes