Recordemos que hace algunos años Donald Trump endureció las leyes hacia los migrantes en Estados Unidos y en consecuencia muchas familias fueron separadas, los padres fueron enviados a sus países de origen y los pequeños infantes tuvieron que permanecer en hogares de acogida o centros de detención en la frontera.

Hace unos días salió a la luz, “Una demanda presentada por la American Civil Liberties Union (ACLU), una influyente organización de derechos civiles, aseguró que los padres de 545 niños separados en 2017 (unos 60 de ellos menores de cinco años), cuando la «tolerancia cero» comenzó con un programa piloto, aún no han podido ser localizados”. Lamentablemente el gobierno mexicano nunca implementó un programa para que los niños regresaran con sus padres y esto agravó la situación.

Ya pasaron más de 3 años, las autoridades mexicanas no han realizado un plan de repatriación o reencuentro de los niños con las familias afectadas y ningún político ha pensado en el calvario que cada niño ha sufrido sin saber dónde están sus padres.

Sólo se conoce por voluntarios y activistas que “Muchos de esos padres de niños retenidos en Estados Unidos, trataron de entrar al vecino país sin éxito una y otra vez, y quizá muchos de ellos se encuentren ahora en algunas de las fosas comunes que son encontradas a diario en diversos lugares de la República Mexicana”. Reafirmando la ineptitud de nuestro gobierno por solucionar problemas tan elementales como reunir a familias que, lejos de cumplir el sueño americano, ahora sufren porque se encuentran separadas y viviendo en la pobreza.