Existen muchas instituciones que salvaguardan y protegen a los animales, sin embargo, “en el 2014, las cámaras de Diputados y Senadores aprobaron la Ley General de Vida Silvestre, en el 2015 a iniciativa del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) entró en vigor una ley para prohibir los animales en los circos, rompiendo con una tradición de muchos años que daba la oportunidad a chicos y grandes de disfrutar y conocer variedades de animales que sólo en las gigantescas carpas del circo podría hacerse”.
Los políticos de ese entonces no pensaron muy bien las consecuencias que la aprobación de tal ley causarían, “una tragedia social y una tragedia económica que repercutió en familias de circos y en los que indirectamente tenían una ganancia: proveedores y artistas”.

Pero la tragedia no sólo tocaría a familias, proveedores y demás beneficiarios, pues los animales “rescatados” no tuvieron un lugar donde vivir, terminaron abandonados, en refugios o mal vendidos, acomodados en zoológicos, criaderos o en colecciones de particulares.
Semarnat tiene en sus registros cifras desalentadoras sobre el manejo de los animales “rescatados”, “300 mil animales en los 80 circos que existían en el país, de los cuales el 80% ha muerto y el resto se encuentra en condiciones deplorables, pocos están aún vivos en espacios dignos y hay quienes poniendo su granito de arena intentan salvar los pocos que quedan ante la irresponsabilidad de legisladores, que no supieron crear las condiciones necesarias para enfrentar el problema que se presentaría ante esta prohibición”.
Mientras tanto, los pocos animales sobrevivientes carecen de comida, un lugar limpio para vivir, cuidadores y atención médica, consecuencia de que se promulguen leyes «al vapor» que aparentemente son bien intencionadas, mientras el gobierno se hace de la vista gorda.

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@Losirritantes