En plena pandemia, los actores políticos se preocuparon más por el presupuesto para las campañas, que por destinar suficiente dinero para hospitales que aún siguen tratando a los infectados de Covid-19.
Nuestros flamantes diputados y senadores se encargaron de aumentar el presupuesto destinado para las elecciones argumentando que el padrón electoral aumentó, así como la creación de nuevos partidos políticos, pero gran parte de los mexicanos ya no se cree ese circo.

Se sabe que “para este año el presupuesto autorizado para el Instituto Nacional Electoral fue de poco más de 26,819 millones de pesos, un incremento del más del 30% del presupuesto autorizado para las elecciones intermedias del 2015 (El presupuesto de ese año fue de 18,572 millones de pesos) y 10.5% más que el presupuesto autorizado para la elección presidencial del 2018”.
Presupuesto que, como bien se sabe, será repartido al mejor postor y sólo un mínimo porcentaje será destinado para lonas, volantes, gorras y demás souvenirs que en muchas ocasiones se van a la basura.
Y como cada elección nos tendremos que acostumbrar a observar que los políticos despilfarren nuestros impuestos en acarreados, posters, bardas y calendarios con la excusa barata de promocionar sus propuestas que lejos de beneficiar al pueblo, sólo lo hunden en la miseria y el mal gobierno.

@Losirritantes