Es un momento crucial, antes de que venga un enorme desastre del que seguramente todos se van a arrepentir.
Con las recientes elecciones presidenciales en Perú, fue evidente que la corrupción sigue operando para que las cosas vayan de mal en peor en el país. La supuesta victoria de Pedro Castillo, de Perú Libre, mostró cómo es que hasta las instituciones electorales están confabulando para que este personaje, de corte comunista, instaure una dictadura en el gobierno.
¿No es sumamente extraño que Castillo se haya declarado ganador, sin que hasta el momento las autoridades electorales hayan hecho una declaración oficial?
Sin ningún temor ni vergüenza, hasta los colaboradores de Castillo han afirmado que podrían tomar el poder y no soltarlo, lo que pondría en peligro la democracia de una nación que hasta hoy todavía es libre y soberana.
Todo alrededor de la campaña de Pedro Castillo es sospechoso, desde su discurso netamente comunista hasta su relación con Vladimir Cerrón, un personaje conocido en la política peruana por sus delitos de corrupción y desvío de recursos. Por supuesto que él no podía postularse a la presidencia, pero sí podía poner un chivo expiatorio para dirigir el país de forma velada.
Más grave aún, es el hecho de que Castillo está íntimamente relacionado con el grupo terrorista Sendero Luminoso, mismo que antes de las elecciones se atrevió a amenazar con cometer algún acto si el candidato de Perú Libre no le ganaba la presidencia a Keiko Fujimori de Fuerza Popular.
Los mismos ciudadanos peruanos han convocado a manifestaciones para evitar lo que ellos reconocen como un fraude electoral, orquestado por las mismas instituciones encargadas de vigilar los comicios y por los funcionarios.
Esta es la hora de actuar para todos los peruanos, quienes tienen el ejemplo de países como Venezuela, dónde el comunismo llegó para quedarse y dejó tras de sí una enorme estela de pobreza. Si no hacen algo ahora y ejercen sus derechos como ciudadanos, mañana podría estar formándose la historia de otra nación sumida en la carencia, la crisis y la hiperinflación por tener un gobierno autoritario.
Cabe decir que la elección del 6 de junio fue una de las más polémicas en la historia del país y en ella participaron más de un millón de ciudadanos que viven en el extranjero.