El conflicto entre narco y ciudadanía se ha hido recrudeciendo año tras año, “en 2014, la zona de Michoacán sufrió un pico de violencia con la disputa de los grupos hegemónicos de entonces —La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios— quienes querían su parte del pastel”. Entonces los pobladores se reunieron y conformaron las autodefensas.
Pero la violencia nunca se fue. Ahora, los productores de Aguacate se enfrentan a Los Viagras y al Cartel Jalisco Nueva Generación.
Los cárteles invadieron las tierras y huertas, además amenazaron, extorsionaron, secuestraron y asesinaron a los productores que se negaban a pagar las cuotas.

Entonces “hartos de la violencia de los grupos organizados, los trabajadores de cuatro municipios michoacanos de la sierra han conformado un cuerpo de seguridad paralelo, denominado Pueblos Unidos, que vigila quién ingresa en su territorio”.

López Obrador reaccionó pidiendo a los trabajadores del aguacate de Michoacán que desistan de su grupo armado privado y confíen en las autoridades, pero la organización “Pueblos Unidos” cansada de las promesas de Morena y de la violencia, decidieron continuar con su movimiento, ellos mencionan que les sale más barato pagar un rifle a las cuotas y que ellos no desistirán puesto que quieren que sus municipios sean tranquilos y seguros para sus familias.