El traslado del aeropuerto Felipe Ángeles a la Ciudad de México es problemático y costoso debido a los pocos taxis disponibles o al reducido horario de los autobuses de pasajeros y la saturación del Mexibús.
El nuevo aeropuerto ya es un caos, parece ser que la mala planeación ya se reveló y ahora no hay manera de mover a los pasajeros, no hay transporte de salida suficiente, el que hay es muy caro y ya no es tan agradable como lo pintó el gobierno antes.

“La disponibilidad de taxis para salir del aeropuerto es reducida y sus cuotas oscilan entre 600 y mil 200 pesos para llegar a diferentes puntos de la capital, lo que disuade a muchos pasajeros de pedir este servicio”.
Y es que, a más de dos semanas del inicio de operaciones del nuevo aeropuerto, taxis de aplicación aún no tienen permitido ingresar al AIFA para recoger a pasajeros, por lo que las opciones para los usuarios son muy reducidas.
“Según las empleadas de una de las líneas de taxis que operan en el aeropuerto, las 37 unidades con las que cuentan a veces resultan insuficientes cuando se les juntan los usuarios, quienes “muchas veces se enojan si no hay carro y tienen que esperar”.
Mientras choferes de DiDi y otras aplicaciones no tienen permitido recoger a las y los viajeros que arriban al AIFA, las personas deben hacer largas filas para tratar de conseguir uno de los escasos taxis que brindan servicio o para esperar el transporte público que los ayude a salir de Santa Lucía.
“Pero más insuficientes aún resultan otras dos líneas de autos de alquiler, que tienen apenas cinco y seis vehículos, respectivamente, mientras otras de plano brillan por su ausencia y no ponen personal en sus mostradores, donde todavía no parecen contar con luz, Internet ni mobiliario”. Es así, como AMLO abre el aeropuerto para su funcionamiento, sin transporte suficiente, sin cajeros y sin la infraestructura adecuada para brindar comodidad y una buena experiencia de viaje.
