Yacen en tumbas clandestinas esparcidas por el desierto, mezclados en fosas comunes o descuartizados y esparcidos en laderas desecadas. Enterrados sin nombre, a menudo todo lo que queda una vez que sus cuerpos han desaparecido son las carcasas vacías de una persona: una sudadera ensangrentada, una blusa con volantes, un vestido hecho jirones.
Hoy día hay más de 100 mil personas desaparecidas en México, una cifra aterradora y que habla de una ausencia de gobierno, nadie está haciendo nada, las autoridades no operan y los criminales hacen lo que les viene en gana.

En todo México las madres deambulan bajo el sol abrasador, hurgan en la tierra y siguen el aroma revelador de la carne en descomposición con la esperanza de encontrar un rastro que apunte a su hijo o hija desaparecido.
“La deuda con las familias de las personas desaparecidas es persistente y actual. Tan sólo durante el primer trimestre del 2022 se reportaron 3349 personas desaparecidas y no localizadas, de las cuales permanecen desaparecidas 2039, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO)”.
Pero si bien situación durante los últimos años pudiera parecer que han incrementado los casos de desapariciones y personas localizadas sin vida, no necesariamente se debe sólo a un aumento en los crímenes, sino que con las nuevas políticas que ha implementado el gobierno actual, ahora son mayores las intenciones de búsqueda y los reportes levantados.
Los ausentes inquietan la memoria colectiva de México, son un testimonio demoledor de la incapacidad de un gobierno tras otro para frenar el derramamiento de sangre y llevar a los criminales ante la justicia.

Los rostros de los desaparecidos están en pancartas y carteles en las plazas públicas de todo México, debajo de mensajes de los familiares que suplican por cualquier información sobre su paradero, pero tal parece que a nuestro gobierno poco le interesa frenar tal sufrimiento y sólo se esconde tras el programa para personas desaparecidas.
@Losirritantes