¿Se han preguntado qué tan difícil puede ser aceptar que otras personas piensen y actúen diferente a lo que ustedes piensan o hacen? Realmente lo que otros hagan o dejen de hacer, mientras no tenga ningún efecto en ustedes, debería tenerles sin cuidado.
Es por eso que no logramos comprender a todas aquellas personas, que se la pasan quejándose de las actividades que realizan los demás, o peor aún, que se la pasan criticando cada acción de algún conocido o no.
¿Qué de malo tiene que alguien tenga una preferencia sexual distinta a la tuya, o que tenga opuestas ideas políticas, gustos musicales o creencias religiosas? Quizá solo en el aspecto político, en el momento en que se presenten votaciones, podría tener una repercusión en ti o en su vida tal diferencia, pero de ahí en fuera no pasa absolutamente nada.
Por ello es tan irritante ver la cantidad de intolerancia que existe, no solo en México sino en el mundo entero; es irritante no poder expresar tu punto de vista por temor a las críticas y peor todavía, temor a sufrir algún tipo de agresión.
¿Les parece justo que esta sociedad en la que vivimos, no sea capaz de abrir su mente y respetar la diversidad en todo sentido? A nosotros no, y es algo que nos irrita.
El problema al final, es que podríamos estar cayendo en la intolerancia, por mínima que parezca, incluso conscientes de ello y no queriendo cambiar esa situación, pero qué pasaría si la intolerancia fuera en nuestra contra, ¿pensaríamos igual?