Igual que una bolsa de basura que abandonan a media calle, sin ninguna vergüenza ni temor a demostrar ignorancia, las mascotas en México también suelen ser un bien desechable, objetos reemplazables que se tiran cuando ya no son tan bonitos, tan divertidos o pasan de moda en la vida de sus dueños.

La estadística cuenta que el 70% de las mascotas en este país terminará en la calle en algún momento, debido a que no existe una cultura de verdadero respeto por los animales y la gente considera que da lo mismo tirar uno que comprar otro.

El problema de los animales callejeros crece y crece sin control porque la gente sigue abandonándolos, no los esteriliza y además promueve la reproducción cuando adquiere ejemplares en las tiendas.

Más triste aún es que los animales que terminan en la calle no tienen demasiada esperanza de vida, ya que además de abandonarlos hay mucha gente que se dedica a envenenarlos, masacrarlos e incluso capturarlos para explotación.

Los mexicanos somos horribles, somos crueles y malvados con los animales, no tenemos ningún respeto por ellos y creemos que nos sirven, que existen gracias a nosotros y por eso pueden hacer lo que se nos dé la gana.

Hoy día ya hay miles de personas, grupos y asociaciones civiles que se dedican a rescatar animales de la calle y concientizar a las personas sobre la importancia de adoptar, por encima de comprar, como una manera de dar hogar a quienes fueron abandonados o nacieron a la intemperie.

Sin embargo, México está aún a años luz de distancia de entender cómo es que nuestro trato a los animales refleja perfecto la psique social, el estado de bienestar y la educación de la que la mayoría carece.

@LosIrritantes